que
separa, los besos de la vida,
detengo
las mariposas.
Reconozco
al viejo animal herido que fui,
y que
siempre vuelve.
Alterno
la dura realidad
con mis
ideas,
danzo
como una marioneta
esperando
encontrar al presente
sin
máscaras.
En este
eterno oficio
de
diluir los nudos del estómago
sobre
sueños imposibles,
el aire
fugitivo de fondo
se
acuesta conmigo
cada
noche.
MATY.

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